Todo lo bueno se acaba… incluso el buen tiempo. Eso no significa que los meses de otoño e invierno no podamos disfrutar, pero sí que debemos adaptar nuestra vida y nuestra vivienda a las necesidades de esta época del año. Si hacemos el cambio de armario para recuperar del trastero las prendas de invierno y nos acercamos a los comercios a comprar el abrigo de temporada, ¿por qué no vestimos también nuestra casa para la lluvia, el frío y la nieve?
Con este listado de ideas te resultará mucho más fácil convertir tu hogar en un lugar entrañable en el que disfrutar de esos días de manta y sofá:
1. Cómo hacer tu casa acogedora en los días de lluvia y frío
Ha llegado el momento de llenar nuestras casas de alfombras, cojines, cortinas y mantas para convertir nuestro hogar en un nido que nos proteja del frío exterior. Además de con la calefacción, es posible contrarrestar la bajada de temperaturas con una decoración basada en colores cálidos, luces acogedoras o ropa de cama mullida.
2. Blancos, maderas y pieles para preparar tu casa para un otoño/invierno 'chic'
Aunque tradicionalmente, salvo en los países nórdicos, el blanco se considera un color frío típico del verano, con unas pocas alfombras, un toque de madera y unas cuantas mantas de piel, es posible convertir una fría habitación pintada de color claro en un moderno y acogedor refugio para disfrutar de las tardes de invierno al calor de la calefacción o, los más afortunados, de la chimenea.
3. Formas de combinar la televisión y la chimenea en el salón
Colocar una televisión y una chimenea en la misma pared requiere un equilibrio. Estos dos elementos del salón necesitan un plan preciso para dar al espacio un toque de calidez y comodidad. Puedes optar por integrar ambas en el mismo bloque, separarlas en extremos opuestos de la habitación, buscar una combinación más ‘artística’ o esconder el televisor con paneles correderos.
4. Ideas para cubrir los radiadores de forma original
Los radiadores, cubiertos o no, son visibles y notorios en las viviendas pero pueden ocultarse, ser útiles o convertirse en elementos decorativos. Se pueden cubrir con una reja de metal, aprovecharlos para montar una estantería o esconderlos dentro de un bonito armario.
5. Cómo elegir las cortinas para la casa
Las cortinas son elementos muy prácticos que, además de resguardar una sala de la luz natural tienen una función decorativa muy particular. Escoger las cortinas más favorecedoras para nuestra casa puede resultarnos algo complicado si no tomamos en cuenta una serie de factores determinantes como el estilo decorativo de la habitación donde van a ir, los colores, el largo o el grosor.
6. Paredes de ladrillo visto para darle un toque rústico y hogareño a tu casa
Depende de cómo se utilice, pero una pared de ladrillo visto puede ser a la vez elegante, clásica, rústica, hogareña e incluso moderna. Su textura y color ofrecen una oportunidad única para romper con los colores planos tan típicos en los hogares de hoy en día.
7. Así se decora una terraza para usarla también en invierno
Una terraza es un elemento de la vivienda muy codiciado, por eso es importante sacarle partido todo el año. Un buen comienzo es optar por mobiliario fijo que aguante bien a la intemperie y no se degrade fácilmente. También es importante usar suelos antideslizantes y concebir la terraza como una prolongación de la vivienda.
8. Puedes tener una casa ‘salvaje’ gracias a la decoración con ramas secas de interior
Los árboles son uno de los materiales más bellos y nobles que podemos encontrar en la naturaleza y una continua fuente de inspiración para la decoración de nuestro hogar. Hay quien prefiere pintarlos sobre la pared o pegar un vinilo, pero cada vez se lleva más coger una rama seca como decoración interior, por qué no, en el salón.Su dinamismo, su irregularidad, sus vetas, aportan un toque rústico y salvaje a nuestro hogar.
9. Consejos prácticos para aislarte del frío (y no gastar en calefacción)
El frío comienza a llegar poco a poco. Pero aún estamos en ese momento en el que no sabemos si hay que poner la calefacción o no. Se trata de un gasto importante -800 euros anuales en el caso de un piso y alrededor de 1.400 en el caso de una vivienda- , por eso el aislamiento es la clave: poner alfombras, mantener las persianas bajadas en las horas en las que no pega el sol o revisar grietas y rendijas y taparlas con burletes ayuda a mantener el calor.