Nuestra casa es una gran fábrica de residuos. Por eso es importante gestionarlos bien para integrar el reciclaje con naturalidad en nuestra vida diaria
Cada uno de nosotros producimos entre 1 y 2 kg de basura cada día, hasta llegar a sumar la friolera de 500 kg de media anual, o lo que es igual: cada mes y medio un ciudadano genera el equivalente a su propio peso en residuos. Para hacer que los números sean más sostenibles, reducir y reciclar son las claves.
El problema de los residuos no lo solucionará únicamente el reciclaje de nuestros desperdicios, sino que es indispensable una fabricación sensata, para evitar hasta el 80% de los residuos atribuibles a un producto, así como una cultura del consumo y uso de los objetos y un buen manejo de su fin de vida. La reducción de los desperdicios en nuestro día a día vendrá de la mano de productos duraderos y fácilmente reparables que alarguen su vida útil. Diseños que eviten material innecesario, que no empleen consumibles para su uso y a granel para reducir el sobreenvasado.
Por ejemplo, para reducir unos 25 kg de plástico al año y ahorrarse 400 €, bastaría con cambiar el agua embotellada por jarras con filtros que tan solo supondrán 1,5 kg de residuos. En cuanto a emisiones, solo con compostar los restos de comida podríamos evitar la emisión de 200 kg equivalentes de CO2. al año; o al reciclar aluminio podríamos estar reduciendo el 90% del impacto del material ya que se evita la emisión de 9 kg equivalentes de CO2 por kg de residuo. Pero ojo a cómo los tiramos ya que, por ley, los metales y plásticos que no sean envases no pueden ir al contenedor amarillo, sino a un centro de recogida municipal.
El vidrio es el primer residuo doméstico que empezó a reciclarse y en la actualidad supera el 60%. La asignatura pendiente es la separación por colores que mejoraría su rendimiento. La recuperación de los envases es desigual: mientras que los de metal se reciclan en su mayoría, los de plástico no alcanzan el 20%. Junto con la basura orgánica, el papel y el cartón suman más de la mitad de los residuos urbanos. El canal de reciclaje está asumido y su procesado es sencillo: se recicla hasta un 70%. Y hay que recordar que no todo va a los contenedores de reciclaje: también están los aparatos electrónicos, las baterías, bombillas o aceites de cocina, cuyos residuos son muy contaminantes y solo se pueden gestionar a través de puntos verdes especializados.
Estamos acostumbrados a que el reciclaje sea desinteresado y eso provoca que no termine de calar hondo como en los países del norte de Europa, donde el sistema más extendido se basa en poner precio al residuo. Hasta 25 céntimos de euro por botella de plástico, de manera que nada se tira, porque todo vale. Además, al entregarse los residuos limpios la cotización como materias reciclables quintuplica su valor, llegando a 300 € por tonelada.
Teóricamente, el 90% de los materiales son aprovechables, pero la realidad dice que el reciclaje no alcanza ni una cuarta parte. Una vez que un fabricante vende su producto y alguien lo compra ¿quién es responsable del residuo y de su gestión? Lo que verdaderamente dará lugar a un reciclaje normalizado será el consumo de productos fabricados con materiales reciclados más que el diseño de productos potencialmente reciclables. Evitar que nada acabe perdido en un vertedero será una responsabilidad compartida entre diseñadores, fabricantes y las decisiones personales del día a día.
NewspaperWood El Estudio de Diseño Holandés Vij5 y el Diseñador Mieke Meijer son los responsables del NewspaperWood, un material a base de Periódico Reciclado e incorporado, en un proyecto colaborativo, al automóvil de Peugeot ”Onyx”.El NewspaperWood devuelve, literalmente, la vida de los periódicos en nuevos paneles en donde aparecen vetas, colores y anillos, tal como en la madera. Como materia prima se utilizó periódico de desecho y fuera de circulación de Eindhoven. El producto fue inventado por Mieke Meijer y producido bajo licencia por el Estudio Vij5.
Bicicleta
Design by Ariadna Miquel + Nani Marquina
Reuse, reduce, recycle. Las cámaras de los neumáticos de bicicletas hindús se entrelazan para crear texturas.
Un elemento conceptual, sostenible e inédito. Cada alfombra se realiza utilizando 130/140 cámaras de aire de bicicleta recogidas y manipuladas en India.
Fabricada con material cien por cien reciclado, esta exclusiva alfombra ecológica aboga por el cuidado del medio ambiente. Además de comportar toda una declaración de intenciones, partiendo de la conciencia por la utilización de productos biodegradables o reciclados, significa un punto transgresor para los espacios actuales más vanguardistas.
Este diseño nace de un trabajo de investigación sobre la posibilidad de usar goma reciclada para crear nuevas texturas. En uno de los viajes a India surgió la solución: utilizar las cámaras de los neumáticos de bicicleta, su medio de transporte más común.
El resultado: un elemento conceptual, sostenible, inédito.
PET Lamp Chile es el nombre de esta etapa desarrollada por el estudio madrileño de Catalán de Ocón en colaboración con el estudio de diseño chileno Si Studio y un grupo de artesanos en mimbre de Chimbarongo, localidad chilena desde donde se extrae esta fibra natural.
El resultado, una familia de lámparas donde se funde la tradición de la artesanía en mimbre con uno de los objetos industriales de mayor fabricación en el mundo. El proyecto se integra armoniosamente a la comunidad de Chimbarongo, apostando a transformarse en un aporte trascendental tanto a nivel local y social, como a nivel de diseño de vanguardia al rededor del mundo. El proyecto PET Lamp Chile ante la atenta mirada de los asistentes a Spazio Rossana Orlandi durante la Milano Design Week 2014.