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Bienvenida primavera


Este año la primavera dio comienzo el 20 de marzo a las 16:15 hora UTC, es decir, a las 17:15 hora peninsular. Así lo determinó el Observatorio Astronómico Nacional, que se sirve del método astronómico para fechar con exactitud el momento en el que cambiamos de estación.

El ecuador celeste es un gran círculo trazado en la esfera celeste en el mismo plano que el ecuador, o lo que es lo mismo, su proyección en el espacio. Esta línea imaginaria divide el cielo en dos mitades: hemisferio norte celeste y hemisferio sur celeste. Perpendicular a dicha recta se encuentra otra, la eclíptica, que recorre la bóveda celeste de norte a sur y marca la trayectoria del Sol en el firmamento a lo largo del año, el cual se desplaza aparentemente ante nuestros ojos a causa del movimiento de traslación de la Tierra.

La eclíptica está inclinada 23,5 grados con respecto al ecuador celeste, de forma que la corta en dos puntos, conocidos como Aries y Libra. Cuando el Sol, en su transición hacia el hemisferio norte, se sitúa en el punto Aries, uno de los puntos en los que convergen ambos planos, se produce el inicio de la primavera. En esta época del año, la duración del día y la noche prácticamente coinciden, y por eso, a esta circunstancia se la llama también equinoccio de primavera.

La primavera, la sangre altera

Pasados 92 días y 18 horas desde tal fecha, el Sol alcanzará una inclinación de 73º sobre el horizonte terrestre (en la eclíptica) y habrá comenzado el verano, que en 2018 se iniciará el 21 de junio. Mientras tanto, queda disfrutar de una estación que atregua las temperaturas extremas y proporciona tres minutos más de luz solar cada día, y que, según las investigaciones, produce un efecto beneficioso en nuestro reloj biológico, haciendo que nos sintamos más sanos, dinámicos, optimistas y enérgicos.

Y es que, como bien dice el refrán, "la primavera, la sangre altera". Este efecto se debe al aumento en la producción de hormonas como la oxitocina, la dopamina y la serotonina que, como ya sabemos, tienen mucho que ver con la activación de los circuitos del placer y con la mejora de nuestro estado de ánimo.

Cambio de hora

Además, el último fin de semana de marzo se ha producido el cambio de hora y hemos pasado al horario de verano. Este año ha tenido lugar la madrugada del 25 de marzo, y a las 2:00 hora peninsular fueron las 3:00. Esa noche perdimos tiempo de sueño, pero seguro que al día siguiente nos alegró notar que la tarde era más larga y disfrutamos de más horas de luz. Eso sí, a algunas personas les afecta el cambio de hora, pues el reloj interno se desestabiliza, unas molestias que se pasan en 3-7 días.

Por otro lado, los modelos meteorológicos apuntan a que en 2018 la primavera será ligeramente más cálida de lo que es normal en esta estación, un efecto que se sentirá especialmente en el cuadrante sureste de la península ibérica.

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