Los acontecimientos históricos y políticos que España vivió durante casi medio siglo, no favorecieron en absoluto el desarrollo de una cultura industrial normalizada. Este problema fue vivido agudamente por una serie de arquitectos y diseñadores progresistas, como Antoni de Moragas, José Antonio Coderch, Oriol Bohigas o Ferrán Freixa, que, a pesar de las trabas y problemas que el franquismo oponía, fueron capaces de crear durante los años sesenta y setenta una cultura del diseño o del proyecto y una infraestructura institucional que serviría de base para el posterior desarrollo de la profesión.
En Barcelona surgieron múltiples escuelas y asociaciones de diseñadores que lucharon colectivamente por la implantación de esta disciplina en una especie de acto de resistencia cultural. A pesar de que la incidencia real de la disciplina era escasa, la preexistencia de un rico tejido industrial comercial favorecía una pronta implantación profesional de los diseñadores (Miguel Milà, André Ricard, Jordi Mañá o el Estudio PER de Óscar Tusquets) y la consolidación de algunas empresas y editoriales pioneras en el desarrollo del diseño, como Puig, Mobilplast, Tramo, Mobles 114, Disform o Bd.
La llegada de la democracia marca un hito importante en la historia del diseño español en la medida en que desbloquea el potencial creativo y cultural del país. El diseño pasa, en pocos años, de ser una rareza intelectual a ser el símbolo de la estética de la España moderna (“¿estudias o diseñas?”). Los medios de comunicación y las políticas de divulgación realizadas tanto por el gobierno como por las comunidades autónomas con más tradición industrial, y actualmente por casi todas, han contribuido enormemente a la popularización del fenómeno.
El diseño se convierte, además, en el vehículo ideal para el cambio sustancial de imagen que el subconsciente colectivo que el país necesita. Partidos políticos, gobiernos locales, empresas de servicios, así como una buena parte de la población joven se convierten en sus clientes más asiduos. Por tanto, no es de extrañar que comunicación visual, obra pública (auditorios, escuelas, hospitales, diseño urbano) y locales de ocio (bares, discotecas, restaurantes) se hayan convertido en el paradigma del nuevo diseño español.
Más allá de la simple anécdota cultural, la dura reconversión industrial que España tuvo que llevar a cabo, unida a la entrada en la Unión Europea, que ha facilitado el acceso de las empresas a unos mercados altamente competitivos, situaron el diseño de los años ochenta en la vía definitiva de normalización.
En el ámbito estricto del Diseño Industrial ha sido la pequeña y mediana empresa productora de artículos de consumo la que ha incorporado con más éxito la disciplina. Ello ha configurado el carácter de diseño de autor que a veces se le critica. Este defecto-virtud es el resultado de la personal y heterodoxa interpretación que los diseñadores han hecho de las corrientes estéticas de los años ochenta, empeñadas en liquidar el rigor y estrechez de los cánones racionalistas. Unos cánones con los que el carácter individualista y latino de los creadores españoles nunca se ha sentido realmente identificados.
Miguel Milá
Barcelona, 1931
Perteneciente a la generación de los pioneros del diseño industrial en España, ha visto como algunos de sus muebles y lámparas se han convertido en auténticos clásicos contemporáneos.
Nacido en el seno de una aristocrática familia catalana muy relacionada con el mundo artístico (su tío Pedro Milá y Camps, encargó a Gaudí la célebre Casa Milá, conocida como La Pedrera), comenzó a trabajar como interiorista en el estudio de arquitectura de su hermano Alfonso y de Federico Correa. Era una época de crisis, a finales de los cincuenta, en que apenas se sabía qué era el diseño industrial. Ante la escasez de objetos, medios y materias primas de la época, pronto empieza a diseñar sus propios muebles y lámparas, que no tarda en producir a través de su empresa, Tramo, montada con dos amigos, los arquitectos F. Ribas Barangé y E. Pérez Ullibarri. Sin saberlo, había encauzado su carrera hacia el diseño industrial.
De Tramo ''familiar apócope de ''Trabajos Molestos'' o todo lo que le toca hacer a un hermano pequeño'' surgirán las versiones previas a las famosas lámparas TMC de 1958 y TMM de 1961, ''clásicos intemporales'' que continúan vendiéndose generaciones después. Más adelante fundará su propio estudio de diseño e interiorismo. Participa junto a los diseñadores y arquitectos de la época en las primeras reuniones en Barcelona para promover el diseño e implantar su práctica profesional, derivadas del debate sobre la modernidad arquitectónica y que acabarán en la creación del ADI FAD junto a André Ricard, Antonio de Moragas, Oriol Bohigas, Alexandre Cirici Pellicer, Manel Cases, Rafael Marquina y Ramón Marinel.lo, entre otros. Desde su fundación, esta asociación se dedicará a difundir el diseño español en el extranjero y a conectar a los jóvenes profesionales españoles con el exterior.
"En realidad soy un diseñador pre-industrial. Me siento más cómodo con aquellos procedimientos técnicos que me permiten corregir errores, experimentar durante el proceso y controlarlo al máximo. De aquí también mi preferencia por materiales nobles, que saben envejecer'', como las lámparas Cesta (1964), de madera; la Manila (1961), de caña; la M68 (1968), de aluminio, o las pantallas de metacrilato o de lino natural de la serie Americana (1963). Tras una etapa que coincide con los excesos de los ochenta, durante la que se dedicó al interiorismo y diseño de exposiciones, retoma el diseño industrial de siempre con un fundamento igualmente racionalista y un lenguaje más actual, ejemplificado por el banco Neoromántico (1995), hoy de presencia habitual en los paisajes urbanos. Le siguieron unos años más tarde, los bancos Neoromántico pata liviana (2000) y el Neoromántico aluminio pata liviana (2002).
André Ricard
Barcelona, 1929
Profesional pionero y abanderado del diseño industrial en España, ha contribuido de una manera decisiva al desarrollo social y empresarial de esta disciplina. Ha sido presidente del ADI-FAD (Agrupación de Diseño del Fad), Presidente Fundador de la ADP (Asociación de Diseñadores Profesionales), Vice-presidente de ICSID (Consejo Internacional del Diseño), Vice-presidente del BCD (Barcelona Centro de Diseño), Miembro de la Facultad del Art Center (Vevey, Suiza). Jefe del Departamento de Diseño de Producto de la Escuela de diseño Eina y Patrono de la Fundació Eina, Presidente de Design for the World (ONG del diseño).
Es Patrono de la Fundación Loewe, Miembro de Honor de la Reial Academia de les Belles Arts de Sant Jordi y Academico de la Reial Academia de Ciencies i Arts de Barcelona. Sus proyectos han perseguido la mejora funcional de gran variedad de objetos de uso cotidiano como vajillas, cafeteras, electrodomésticos, ceniceros, lámparas, buzones, etc., colaborando con empresas como Bidasoa, Gaggia, Corberó, Moulinex, Flaminaire, Metalarte, Tatay, entre otras. Especialmente prolífica ha sido su colaboración desde 1963 en el diseño de los envases de Puig Perfumes. También cabe destacar su colaboración con el movimiento olímpico y, particularmente, con la antorcha de los JJ.OO Barcelona 92 y el pebetero de la llama olímpica del Musée Olympique de Lausanne (Suiza). En su faceta de promotor nacional e internacional de la profesión y también como ensayista y pedagogo, ha destacado por su concepción del diseño vinculada a una ética de la utilidad.
André Ricard ha sido Premio Nacional de Diseño en 1987, Creu de Sant Jordi de la Generalitat de Catalunya, Ordre Olympique del Comité Olímpico Internacional, Chevalier des Arts et des Lettres de Francia, Medalla de Oro al Mérito Artístico de la ciudad de Barcelona y Chevalier de la Légion d’Honneur de Francia.
Jordi Mañá Delgado
Barcelona, 1939
Diseñador industrial y técnico en ergonomía aplicada. Desde 1968 su carrera profesional se ha desarrollado en las áreas del diseño industrial, la ergonomía aplicada y la teoría del diseño.
En el campo del diseño industrial ha trabajado para el sector del mobiliario (oficina, cocina, asientos, clínico-hospitalario, escolar y mobiliario juvenil), la transformación de plásticos, bienes de equipo, automoción (motocicletas), telecomunicación y multimedia. En cuanto a la ergonomía ha realizado y estudiado equipamientos de oficina, puestos de trabajo en líneas de fabricación, instalaciones escolares; equipos clínico-hospitalarios, centros de discapacitados y personas mayores.
En este campo el año 2001 fue ganador del Arai Design Award por un trabajo sobre la ergonomía en la conducción del motorista. Es profesor de proyectos y ergonomía aplicada en diferentes centros. Ha sido profesor invitado en la Hochschule für Gestaltung, Offenbach (Alemania), en el Art Center Design School, Pasadena (Estados Unidos), en la Escuela Universitaire du Design, Toulouse (Francia), en el Centro Ricerche: Istituto Europeo di Design , Milano (Italia) y en la Sarajevo University (Elósnia-Herzegovina). Ha publicado varios libros y numerosos artículos en revistas especializadas. Sus diseños han recibido varios premios y entre sus productos cabe destacar el aerogenerador (1987) para la empresa Ecotècnia.
Óscar Tusquets
Barcelona, 1941
Arquitecto, diseñador, pintor y escritor español.
Es hermano de la editora y escritora Esther Tusquets.
Realizó sus estudios en la Escuela Llotja, en el Colegio Alemán de Barcelona y en la ETSAB. En 1964 fundó el Studio PER junto a Lluís Clotet, Cristian Cirici y Pep Bonet, estudio en el que colaboró de forma regular hasta 1984. Realizó junto a Lluís Clotet la gran mayoría de sus proyectos de ese periodo: Casa Fullà, Casa Regás y su Belvedere, casa en Pantelleria y restaurante la Balsa. En 1975 realizó, junto a su Maestro y amigo Salvador Dalí, la sala Mae Westen el Teatre-Museu Dalí de Figueres.
En 1987 se asoció al arquitecto Carlos Díaz para el desarrollo de proyectos de urbanismo y arquitectura en diversos países, como Japón o Alemania. Algunas de las obras más significativas son la ampliación y remodelación del Palacio de la Música Catalana, en Barcelona (declarado por la UNESCO patrimonio de la humanidad), el Auditorio Alfredo Kraus en la Palmas de Gran Canaria o la estación Toledo de la Metropolitana di Napoli y su entorno urbano. También participó en diversos proyectos urbanísticos como la remodelación de la zona del Convent dels Àngels o la construcción de la Villa Olímpica, ambos proyectos en la capital catalana.
Es también diseñador gráfico e industrial. Socio fundador de BD Barcelona Design, con esta productora se inició como diseñador de muebles y objetos. Ha colaborado con prestigiosas productoras españolas, italianas y alemanas. Algunas de sus piezas forman parte de las colecciones de importantes museos como el MOMA de Nueva York o el Georges Pompidou de Paris.
Entre otras distinciones ha recibido el Premio Nacional de Diseño, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, la Palme de Chevalier de l’Ordre des Arts et des Lettres, y la Creu de Sant Jordi (1987). Además tiene dos premios Ciutat de Barcelona, y varios FAD de Arquitectura y Delta de Diseño.
Aunque pinta desde hace sesenta años, hace poco que expone y que se da la posibilidad de adquirir su obra. Lo ha hecho en las galerías Artur Ramon y Lassaletta de Barcelona, en el Convent de la Misió de Mallorca, en Patrick Domken de Cadaqués, en Room One de Londres, en el Museu Boca del Calvari, de Benidorm y en La Rambleta de Valencia. En junio 2017 participó con dos obras en la London Art Biennale. Una de sus obras, Julia, retrato de la artista Julia de Castro en 2015, fue adquirido por la Fundación Vila Casas, centro dedicado a la pintura contemporánea catalana, y actualmente puede verse en la sala taurina del Museo Can Framis.