Santa Eulalia es uno de los barrios de L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona) y es donde se encuentran nuestros apartamentos. En esta entrada queremos profundizar en su historia y en su legado, y en cómo hemos llegado a ser como somos. Santa Eulalia pertenece al Distrito III, limitando al este con la ciudad de Barcelona, con la que comparte la calle de la Riera Blanca, al norte con el barrio de la Torrassa, al oeste con los barrios de San José y Centro, y al sur con los del Gornal y Granvia Sud.
En este barrio hay uno de los núcleos históricos de Hospitalet: la antigua iglesia de Santa Eulalia de Provençana, consagrada inicialmente en 1101. A su alrededor se sitúan los orígenes de la ciudad, para que la parroquia de Santa Eulalia de Provençana es el origen del municipio que hoy conocemos como el Hospitalet. Sin embargo, sin que se conozcan las causas, no se consolidó un poblamiento agrupado a su alrededor. Esta iglesia se conserva: es de estilo románico y el tímpano hay una fecha, 1201. La advocación del templo es la que dio nombre al barrio. Fue restaurada en el siglo XVIII; esta iglesia es en el extremo occidental del barrio.
La calle de Santa Eulalia, que es la prolongación de la carretera de la Bordeta de Barcelona, la avenida del Ferrocarril, nacida gracias al soterramiento de las vías de los Ferrocarriles de la Generalitat, y la calle de la Aprestadora, que atraviesa, al sur del barrio, una antigua zona industrial transformada en la actualidad, esencialmente, en residencial, responden a antiquísimas vías de comunicación y ahora son los principales ejes viarios y de comunicación del barrio.
Esculturas
Santa Eulalia cuenta con una escultura del artista Josep Mª Subirachs, Monumento en L'Hospitalet de Llobregat, conocida popularmente como "la Pinza", debido a su peculiar forma, y que da la bienvenida a la ciudad cuando se llega por la carretera de la Bordeta. En realidad es una alegoría del escudo de la ciudad, formado por las cuatro barras catalanas y el aspa de la Cruz de Santa Eulalia.
En la Plaza de los Abuelos está La Velleta, un bronce del escultor del mismo barrio,
Héctor Cesena.
Delante de la iglesia de Santa Eulalia encontramos Suelta de palomas, del escultor residente en Bellvitge, Ferran Soriano.
Historia
Iglesia nueva de Santa Eulalia de Provençana, de estilo neorrománico y consagrada en 1957 [4]
La actual calle Sta. Eulalia, es uno de los principales protagonistas de la historia del barrio y la ciudad. Es de época romana e iba desde Barcino (Barcelona) hasta Cornelianum (Cornellà) y el Delta, que era el puerto principal de la colonia romana, ya que muchos barcos fondeaban en los arenales del Delta. Lo podemos considerar el ramal costero de la Vía Augusta. Por los alrededores de la ermita había la señal de la milla 4 de este camino romano. Por ello, en el valle del Torrent Gornal se le dijo durante muchos siglos "Valle de Quart".
Algunos restos arqueológicos parecen indicar la existencia de una villa romana donde después se construyó la iglesia. El hallazgo más importante fue la de una escultura que representa una cabeza de Medusa, que actualmente se encuentra en el Museo Arqueológico de Cataluña en Barcelona. Esta figura era un gorgoneion, un monumento funerario.
La pequeña iglesia, de estilo románico, dedicada a Sta. Eulalia fue consagrada en 1101. En su portada, pero, indica otra fecha, la de 1201, probablemente la de una restauración. Era el centro de una parroquia, llamada "Provintiana", que iba desde S. Pedro Mártir hasta el mar, y desde el Castillo del Puerto, hasta el Llobregat. Es decir, una demarcación muy parecido al tradicional término municipal de L'Hospitalet. Es el origen de la realidad administrativa que llamamos el Hospitalet. La denominación "Provintiana" del territorio correspondiente, más o menos, en Hospitalet, es de los alrededores del año 900. Entonces, a estas divisiones territoriales se las llamaba parroquias, señoríos, etc. Hoy las llamamos municipios.
Mientras el núcleo llamado "Puebla de Hospitalet" se consolidó a finales del s. XV y el s. XVI y construyó su propia iglesia, el templo de Sta. Eulalia pasó a ser una ermita gradualmente abandonada. La historia del espacio donde después surgirá el barrio de Sta. Eulalia hasta el s. XIX es sobre todo una historia de ciclos agrarios anuales. Las tierras, deltaicas, eran muy fértiles y dedicadas básicamente a cereales y legumbres. También eran tierras insalubres, ya que había balsas de agua naturales, lo que provocaba que el paludismo fuera endémico en todo el Delta.
A finales del s. XVIII, algunos grandes propietarios del Delta plantearon la posibilidad de construir un canal de regadío. El Canal de la Infanta inauguró en 1819. Partía de Molins de Rei y atravesaba el término municipal de Hospitalet Unos metros por encima del camino en Cornellà, en las primeras estribaciones del Samontà. Poco después de cruzar la Riera Blanca giraba hacia al mar. El canal permitió, con una densa red de acequias, que la Marina de Hospitalet convirtiera tierra de regadío. Los cereales tradicionales dejaron parte de su espacio al arroz, el maíz y finalmente a las hortalizas, alrededor de 1900.
El hostal de La Bordeta fue creado en la segunda mitad del siglo XVII y se mantuvo, con las transformaciones arquitectónicas y jurídicas necesarias, hasta finales del siglo XX. Sacaba provecho de la proximidad del camino con Barcelona, y de las ventajas fiscales de estar en la banda hospitalenca de la frontera. Durante mucho tiempo los siglos XIX y XX, los productos que entraban en Barcelona tenían que pagar unos impuestos, "los consumos" en unos puntos de vigilancia, "los burots". Incluso, a finales del XIX, el contrabando era un negocio floreciente. En las últimas décadas fue conocido como Cal Ramonet.
En el espacio del actual barrio de Sta. Eulalia aparecieron, a finales del s. XVIII, los "prados de indianas", extensiones donde se blanqueaban al sol piezas de tela (las indianas) elaboradas en las manufacturas textiles de Barcelona. Significan la primera manifestación de lo que transformará profundamente el barrio: la industrialización. Tenemos noticia de que el barrio estaba el Prat de la Manta y el Prado de los Ladrillos.
Detrás de los prados de indianas llegaron, en las décadas de 1840 y 1850, las primeras industrias, que hacían lo mismo que los prados de indianas pero con métodos químicos y mecánicos. Hacia 1853-1854, se instalaron dos industrias de blanqueo y apresto de telas: la de Antonio Pareto (donde está la televisión local) y "La Aprestadora Española, S.A." (Donde está el conjunto residencial Granvia Center). En esta última se instaló el primer generador de energía de vapor de la ciudad.
En el año 1831 se instaló un molino de harina en el salto del Canal de la Infanta de la Riera Blanca y de 1856 es la primera noticia de la fábrica de ladrillos refractarios de Paz Cucurny, que creemos que era un poco más abajo, al lado del hostal.
La otra gran novedad de la modernidad, el ferrocarril, se convirtió en una de las metas que delimitaban el barrio. En 1854 se inauguró la línea de ferrocarril de Barcelona a Martorell, y en 1881 la línea de Vilanova. Gracias a una guía-cicerone del ferrocarril, tenemos un relato, escrito por Victor Balaguer, de cómo era el lugar en aquellos años.
También de aquellas épocas (1853-54) son las primeras huelgas obreras en estas fábricas. Las reivindicaciones eran la reducción de la jornada a 11 horas diarias, subida de sueldo y libertad de asociación. Los primeros obreros ya tenían claro que la única posibilidad que tenían que luchar contra el capital era uniéndose y negociando colectivamente. Este primer movimiento obrero era, de hecho, el de Santos.
La industrialización es un fenómeno que va acompañado de un proceso de migraciones del campo a la ciudad, de personas que pasan de trabajar de la agricultura a la industria. Santos fue uno de los principales escenarios de la industrialización barcelonesa ( "Güell, Ramis y Cia", el "Vapor viejo", de 1840, "La España Industrial, SA", de 1847, etc.) y pasó de unos 2.000 habitantes en 1835 a tener 8.000 en 1860. la mayoría de estas personas vivían a lo largo de la carretera de Madrid y del camino hacia el Hospitalet. El pequeño barrio surgido alrededor de este último camino era conocido como la Bordeta. Pues bien, la Bordeta creció y, en algún momento de la década de 1840, atravesó la invisible frontera municipal y aparecieron los primeros edificios y habitantes de lo que, con el tiempo, será Sta. Eulalia.
No todos los edificios se instalaron a lo largo del camino de Cornellà. Algunos lo hicieron a los lados de otro camino que partía de la Riera Blanca y atravesaba la Marina por debajo de la anterior, y que era conocido en aquellos tiempos como "carretera del medio". Fue en este camino que se ubicaron las industrias antes mencionadas (Aprestadora y Pareto).
La relación entre el nuevo barrio y Santos era tan intensa y evidente que, en 1872, un puñado (mayoritario) de vecinos de Sta. Eulalia (y de Collblanc, donde pasaba lo mismo) pidieron integrarse en el municipio contiguo.
santa eulalia
En conclusión, entre 1840 y 1860 nació Sta. Eulalia, con dos ejes transversales que ya en aquellos años fueron bautizados como calles Sta. Eulalia y Aprestadora.
En 1873, las vacías naves de La Aprestadora fueron parcialmente ocupadas por Marqués, Caralt y Cia, conocido popularmente como "el cáñamo", porque se trataba de una fábrica que trabajaba con esta materia prima. Esta y otras nuevas industrias impulsaron la construcción de viviendas para los trabajadores inmigrantes del campo, y el desarrollo urbanístico del nuevo barrio. 1877 se crearon nuevas calles, los que conocemos como Salvadores, Maluquer y Cavall Bernat. En 1886 se abrió la calle Comercio y en 1890 la calle Agricultura (actual Gral. Prim). Fueron los primeros que unieron los dos ejes transversales del barrio. En el mismo 1890 se creó la calle Muns, que unía Agricultura y Comercio. Desde este núcleo el barrio se hizo grande, pero poco a poco.
Aunque el crecimiento de Sta. Eulalia, durante la década de 1920, fue importante, no fue explosivo como el de Collblanc La Torrassa. Sin embargo, la ola inmigratoria también se notó. Además, a diferencia de Collblanc- La Torrassa, Sta. Eulalia siempre conservó el carácter mixto residencial / industrial. Algunos ejemplos: "Catalana de Gas y Electricidad" en 1882, "Can Trias", conocida como "las sanguijuelas", en 1903, "Can Trinxet" en 1905, que no paró de crecer hasta 1916, o la Fundición Escorsa, de 1917. Can Trinxet y Can Trias, del sector textil, fueron las industrias más importantes de la ciudad durante la primera mitad del s. XX, y Escorsa fue la metalúrgica más grande del Hospitalet.
Además de estas actividades industriales, desde finales del s. XIX se instalaron en varios barrios de L'Hospitalet, pero sobre todo en la parte sur de Sta. Eulalia, los basureros. Estos hombres recogían basura de Barcelona y las llevaban a sus patios, donde las clasificaban para venderlas o para engordar cerdos. En aquella época (1881), también se instaló una industria química, la materia prima de la que eran los cadáveres de animales (era conocida como "el Canyet").
La composición de la población de Sta. Eulalia en las primeras décadas del siglo XX era mayoritariamente de clase obrera industrial y jornalera agrícola. Las condiciones de vida de la clase trabajadora en aquella época eran muy malas y precarias. El arrabal industrial y obrero de la Bordeta-Sta. Eulalia estuvo implicado en todas las movilizaciones populares de la naciente área metropolitana de Barcelona; por ejemplo el motín contra las quintas de 1870, las huelgas obreras y campesinas de 1872-73, 1882, 1890-93 ...
En 1890, fue uno de los lugares donde se celebró por primera vez el 1º de mayo. Las movilizaciones obreras tenían en Sta. Eulalia un aspecto particular: había también ataques contra los "burots", esa especie de aduana que obligaba a pagar para pasar ciertas mercancías entre Santos (Barcelona, desde 1897) y L'Hospitalet. Esta situación fronteriza, por cierto, favorecía las actividades relacionadas con el contrabando.
Santa Eulalia pasó de 1.000 a 10.000 habitantes entre 1900 y 1936, con una extraordinaria aceleración raíz del desarrollo industrial iniciado por la Gran Guerra de 1914-18. El Carrilet, inaugurado en 1912, mejoró las comunicaciones del barrio, que no paraba de crecer en dirección a poniente. La calle Igualdad es de 1907, el de Buenos Aires de 1911, el de Àngel Guimerà es de 1914, y en 1924 Amadeu Torner pidió de urbanizar sus tierras cerca de la antigua iglesia. La importancia creciente de Santa Eulalia y Collblanc- La Torrassa hizo que se alargara el Metro Transversal hasta el barrio en 1932. El metro salía por primera vez de Barcelona.
La peligrosidad del acceso al metro desde la Torrassa impulsó la construcción del Puente de Jordà (dicho así porque el republicano Josep Jordán fue su principal impulsor) en 1935. También de aquel año y del mismo autor, la arquitecto municipal Ramon Puig y Gairalt, es el mercado.
Las primeras entidades del barrio que conocemos fueron fundadas en marzo de 1898. Tal vez formaban parte de un mismo proyecto societario. Se trataba de La Benéfica, de carácter mutualista y recreativo, y la Sociedad de ahorros cooperativos, una cooperativa de consumo. Lo que no dicen los documentos oficiales es que también solían ser entidades con un fuerte contenido político y sindical. No existía nada parecido a la Seguridad Social ni en el Estado del Bienestar, por tanto, las clases populares autoorganiza y creaban todo tipo de entidades que iban del ocio hasta la asistencia médica, pasando por el cooperativismo de producción y consumo, el sindicalismo y la acción política.
Cada entidad o grupo de entidades tenía un sesgo ideológico determinado. El Partido Radical, tuvo mucha penetración en la Sociedad Unión La Hortensia, creada en 1904, con sede en el Gran Café-Bar Carbón, conocido popularmente como "Can martirio".El republicanismo catalanista tenía más predicamento en la cooperativa El Respeto Mutuo, fundada en 1910. Esto no quiere decir que todas las personas asociadas tuvieran las mismas ideas o militancia, sólo que tenían estas tendencias.
El catalanismo conservador sí tenía claramente una entidad, El Fomento Autonomista Eulalienc, fundado en 1907, con la sede en "Can Tòfol", y que se acabó adhiriéndose a la Liga Regionalista de Cataluña. El anarquismo recobró su importancia en la década de 1920, aunque no pudo crear una entidad hasta 1931, con el Ateneo Pro Cultura Paz y Amor, que llevó a cabo una intensa labor cultural y educativa.
En estas décadas la Unión Hortensia y el Fomento Eulalienc rivalizaban en ofrecer unos carpas y actividades más le en las fiestas mayores, carnaval, etc. Los primeros atraían más bien las clases trabajadoras, y los segundos los más ricos del barrio, basureros, comerciantes, etc.
En el ciclo festivo, en el siglo XX se añadieron dos nuevas actividades de ocio: el cine y el deporte. La Unión Deportiva Eularienca, un club de fútbol, ya existía en 1921. En los siguientes años aparecerán más clubes de fútbol, frontón, billar, etc. El Cine Victoria se instaló en la calle Santa Eulalia en 1923. El Cine Imperio (luego se dirá Guimerà, por la calle donde estaba, esquina con Aprestadora) es de 1929, y también era un teatro.
Santa Eulalia, desde el punto de vista sindical y político, era más bien Santsenca que hospitalenca. Las movilizaciones obreras y campesinas continuaron en esta etapa. Las huelgas pacíficas del ciclo 1902-1917 recibieron la respuesta violenta del poder. Entonces, parte del movimiento obrero cayó en la provocación y empezó otro ciclo, a partir de 1917, en el que la violencia sindical, especialmente relacionada con el anarquista Confederación Nacional del Trabajo (CNT), determinó la dinámica social.
Podemos afirmar que Santa Eulalia-Santos fue uno de los escenarios en los que en invierno de 1917-1918 se gestó el pistolerismo, alrededor de unas huelgas del textil (con protagonismo de Can Trinxet). Las calles y las fábricas del barrio asistieron a diferentes episodios de tiroteos con heridos y muertos. Algunos patrones (Pareto, Trinxet, Caralt ...) fue víctimas de ataques. Muchos obreros y obreras sufrieron agresiones de todo tipo, tanto por parte de las bandas afines a la CNT como de grupos del otro bando: la policía, guerrillas parapoliciales y sindicatos afines a la patronal.
Otro episodio de esta extraordinaria tensión social y política fue la revuelta armada de diciembre de 1933, el epicentro fue a Collblanc- La Torrassa y Sta. Eulalia. En el marco de las revueltas anarquistas que mostraban la decepción por la lenta política social de los gobiernos de izquierdas, la victoria de las derechas en noviembre de 1933 precipitó una serie de levantamientos armados, el más importante de los cuales fue a la Hospitalet. La revuelta comenzó el 8 de diciembre, y finalmente la ciudad tuvo que ser ocupada el día 14 por más de 500 agentes de diferentes cuerpos policiales.
En el marco de una política de control social y político del área metropolitana de Barcelona, el gobierno y el ejército emprendieron una política de construcción de cuarteles en las afueras de Barcelona. En Santa Eulalia le tocó una: Cuartel de Lepanto, construida a partir de 1929.
Durante la II República, las elecciones en Santa Eulalia las ganaba Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), y el Frente Popular en 1936. En el barrio había una sede de ERC y otra del Partido Radical, además del Fomento, que hacía de local de la derechista Liga de Cataluña. Otro de los elementos básicos de las elecciones de esta etapa era la abstención, preconizada por la CNT. Desafortunadamente no tenemos todos los datos de participación por barrios. Cuando la consigna de la abstención fue más seguida, en noviembre de 1933, la participación local fue del 37% y en el barrio seguro que fue inferior. En las elecciones de febrero de 1936, tal vez las que tuvieron más participación, en Santa Eulalia fue del 54%.
La República inició una importante política de fomento de la educación y se crearon una gran cantidad de escuelas. En L'Hospitalet se abrieron cuatro, una de las cuales estaba en Santa Eulalia. Fue inaugurada en 1934 y recibió el nombre del recientemente fallecido presidente de la Generalitat Francesc Macià. El edificio era un notable ejemplo del racionalismo que llevaba a cabo Ramon Puig y Gairalt en sus últimos años. Después de la Guerra fue rebautizada como Calvo Sotelo.
La Guerra significó un drama humano, como en todas partes. Comenzó con la movilización de los hombres y mujeres militantes de las organizaciones republicanas y anarquistas, que pararon el golpe de Estado en las calles de Barcelona. Enseguida comenzó un proceso revolucionario que implicó la colectivización de las tierras y las fábricas. Desgraciadamente también hubo unas semanas de violencia incontrolada, durante las cuales murieron asesinadas personas de derechas o religiosas, y la iglesia fue quemada.
La tensión entre republicanos y anarquistas, que estallaría en Barcelona en mayo de 1937, tuvo un enfrentamiento previo a Santa Eulalia a raíz de la colectivización forzada de El Respeto Mutuo, en diciembre de 1936, lo que provocó una crisis política local . La situación global empeoró progresivamente, con la llegada de refugiados, los bombardeos y la carestía creciente de los alimentos. En concreto, fueron bombardeadas las fábricas de Can Trinxet, ATASA (Can Pareto) y Can Trias, y la zona de los basureros y el Canyet.
Con la entrada de los Nacionales, la represión cayó sobre la población del barrio, mayoritariamente obrera y de tendencia republicana y anarquista. Una docena de hombres del barrio fueron asesinados por motivos políticos sólo en 1939. El tribunal militar represor fue trasladado a Santa Eulalia desde el Centro, para estar más cerca de su teatro de operaciones principal.
La vida cotidiana se reanudó lentamente, con las limitaciones propias de la miseria dominante y los estrictos límites culturales, sociales y políticos impuestos por el nuevo Régimen político y la Iglesia. De la vida asociativa pasada, sólo se permitió que se mantuviera el antiguo Fomento, ahora con el nombre de Casino de Santa Eulalia. El Casino era la asociación de la élite social del barrio, afín al franquismo, de la que salieron algunos concejales. Tuvo algunas secciones deportivas y organizó algunas fiestas mayores del barrio. A partir de la segunda mitad de los años 40 reavivaron algunas entidades deportivas. Al Cine Victoria se sumó, entre 1950 y 1970, el Constelación, que, además de películas, ofrecía espectáculos de variedades (en aquella época, se llamaba "varietés"); por su escenario pasaron primeras figuras de la canción española, cómics, compañías teatrales de todo tipo ...
La presencia de la Iglesia en el barrio se vio reforzada con la creación de la parroquia de San Isidro Labrador en 1946. En este templo, construido entre 1947 y 1951, el arquitecto municipal Manuel Puig y Janer tuvo la pretensión de imitar , nada menos, que ... Brunelleschi! A continuación se iniciaron las obras de las dependencias anexas de los diferentes grupos sociales y litúrgicos que se habían creado. El rector durante sus primeros 30 años, Joan Bonet, dirigió una expansión espectacular, creando una bandada, un grupo scout y varias escuelas, como el Casal dels Àngels en 1958.
Las industrias se rehicieron paulatinamente de los destrozos de los bombardeos e intentaron recuperar la actividad anterior a la Guerra. En 1943 se añadió una óptica, la INDO, a las muchas fábricas del barrio. La política económica del franquismo, la autarquía, provocaba que en algunas ocasiones se tuvieran que detener por falta de energía o materias primas. La pobreza y las esperanzas que generaba la victoria de los aliados en la Segunda Guerra Mundial permitieron un resurgimiento, la última, del anarcosindicalismo en 1945, y se produjeron huelgas en Can Trinxet. La miseria también hacía los alrededores del puente de la Torrassa una de las zonas más importantes de "descarga" de productos de estraperlo. Los trenes ralentizaban la marcha y se tiraban los paquetes, que eran convenientemente recogidos.
La primera aportación del franquismo en el barrio fueron, en 1954, las escuelas de la Plaza Pío XII, a las que Manuel Puig y Janer continuó imitando las formas renacentistas. En 1958, este edificio fue ampliado y acogió el primer instituto de enseñanza secundaria de la ciudad, momento en que el Ayuntamiento tuvo que acogerse a una ley que permitía a diferentes instituciones crear un Centro Oficial del Patronato de Enseñanza Media (Copemo). La última gran obra de Puig y Janer en el barrio fue la nueva iglesia de Santa Eulalia de Provençana, en 1957. El revival en esta ocasión fue neorrománico, en consonancia con el templo antiguo.
Tras la liquidación de la autarquía, el desarrollo económico del país hizo un gran salto adelante. El primer símbolo del cambio en el barrio fue el nuevo y racionalista edificio del Cine Victoria, de 1960, diseñado por Francisco Barba Corsini. Ese mismo año, la peste porcina acabó con miles de cerdos. Esto, con las nuevas normativas de recogida de basuras, significó el fin de esta lucrativa actividad en la zona del Aprestadora y Can Pi. Los últimos basureros cerraron hacia 1980 al Calle Rosell. Las fábricas vivieron su último momento de esplendor. Sin embargo, la creación de los polígonos industriales de la Carretera del Medio (1960) y Pedrosa (1975) provocaron que Santa Eulalia dejara de ser el gran barrio industrial de la ciudad.
Las fábricas existentes vieron como el barrio se convertía en un núcleo de acogida del segundo episodio inmigratorio de Cataluña de los últimos cien años. Entre 1950 y 1975 la población se duplicó, pasando de 14 a 28 mil habitantes. El rectángulo formado por Amadeu Torner, Granvia, Riera Blanca y vías del ferrocarril se llenó casi totalmente de bloques. Todo ello, en un barrio de 1,3 km², hacía que la densidad de población empezara a ser excesivamente alta.
En Santa Eulalia, además, se dio una evolución diferente al resto de la ciudad. Mientras que el conjunto de barrios de L'Hospitalet el crecimiento demográfico se detuvo en 1975, ahí se subió de los 28 a los 36 mil habitantes entre 1975 y 1980. Y es que se empezaba a dar un fenómeno: la sustitución de fábricas por grandes operaciones inmobiliarias, con una edificabilidad muy alta. Al lugar del "Cáñamo", Granvia Center; el lugar del Escorsa, Santa Eulalia-2 ...
Es sabido que el franquismo significó el favorecimiento de las clases altas, por lo que el Hospitalet fue poco afortunado en esta etapa: crecimiento urbanístico con poco control, y pocos servicios y equipamientos para la población. El Estado y el Ayuntamiento franquistas reprimían mucho y daban poco. El segundo gran equipamiento para el barrio tuvo que esperar a 1974: el polideportivo. La situación escolar era especialmente grave y el Gobierno tuvo que hacer unos "planes de urgencia" en los que en Santa Eulalia le tocaron tres escuelas: Milagros Consarnau, Obispo Berenguer y Pompeu Fabra.
En la década de los años 1960 se producen dos fenómenos paralelos. Por un lado aumentó el nivel de vida y el grueso de la población salió de la pobreza. Impusieron nuevas formas de consumo y de ocio. Asimismo, una parte significativa de la juventud se incorporó a los movimientos sociales y políticos que las personas que militaban clandestinamente en los grupos antifranquistas habían mantenido con muchas dificultades. En estos momentos tenía mucha importancia la Iglesia, y las dos parroquias del barrio fueron motor y soporte de estas corrientes renovadoras. Dos hechos de 1968 son bastante ilustrativos: a San Isidro se hizo una reunión general de Mujeres Democráticas y al salir de Santa Eulalia de Provençana se produjo una de las detenciones masivas de militantes de CCOO.
Como en la mayoría de los barrios, estos activistas crearon una asociación de vecinos. La de Santa Eulalia fue legalizada en octubre de 1972, la cuarta de la ciudad. Las luchas fueron abundantes y constantes, con un apoyo importante del conjunto de la población en algunos momentos puntuales. Se pedía una urbanización correcta, escuelas, asistencia médica, etc. Algunas luchas fueron muy singulares, como la del soterramiento del Ferrocarril o la de la prohibición del bingo que el Casino quería poner en su nuevo local de la calle Jacint Verdaguer.
También el movimiento obrero reavivó, aunque no al sector textil, que con la crisis de los 70 vio como se cerraban todas las grandes fábricas (Trinxet, Caralt, Rifà, ATASA, etc.). El lugar donde más importancia tuvo fue en la INDO, y no sólo por su plantilla. Las sentencias favorables a la igualación de los salarios de hombres y mujeres conseguidas en este conjunto empresarial en 1977 tuvieron influencia en todo el país.
En la etapa democrática actual, el barrio ha continuado las transformaciones. Ha sido el único barrio que no ha perdido población desde 1981. Actualmente tiene unos 42 mil habitantes. Las viejas fábricas han permitido construir viviendas y es lo que explica este ligero aumento de la población en las últimas décadas. En lugar de la FEMSA se ha construido la Plaza Milagros Consarnau; en lugar de ATASA, la Plaza Francesc Macià; en el lugar de Trinxet, varios viales y bloques todavía en construcción ... El crecimiento ha sido gradual, ya que las construcciones no se han concentrado en el tiempo y el barrio ha restado poco afectado por la tercera ola migratoria.
En la década del 80 's disminuyó la movilización reivindicativa. La Asociación de Vecinos desapareció hacia 1984. El grueso de la población interpretó que la gestión de los asuntos públicos por parte de las instituciones democráticas era correcta, y hubo un cierto retraimiento en la participación política. Las mejoras se iban sucediendo lentamente, pero llegaban, como el soterramiento del Ferrocarril en 1987. El asociacionismo deportivo ha logrado desde entonces una extensión extraordinària. Así mismo, cuando aparecen los problemas, también vuelve la movilización popular. Los conflictos en torno al "sector Bacovín" impulsaron la creación de la Asociación de Vecinos 5 Calles en 1989, que hace de AV del barrio desde entonces. También existió una AV de Santa Eulalia-2 entre 1993 y 2007. En el año 2002 se creó la Asociación Cultural Santa Eulalia 2002. Y la juventud, al que a veces se acusa de poco interés social y político, ha protagonizado dos episodios de ocupación muy interesantes: "transformaciones urbanísticas de la zona de Granvia", hacia 2004, y el Ateneo la Púa, en 2015.
Una gran transformación geográfica ha sido la incorporación del barrio a la centralidad metropolitana. La inauguración en 2009 de la Ciudad de la Justicia ha situado en barrio un gran servicio central, a pocos metros de distancia de donde, 50 años atrás, había algunas de las actividades periurbanas o suburbiales más molestas y desagradables. Las transformaciones urbanísticas de la zona de Granvia han afectado profundamente el barrio. El soterramiento del Ferrocarril y la Gran Vía, la Plaza Europa, etc. han significado un cambio profundísimo.
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